Cuando a los niños y niñas no les gusta la verdura

Por EQUIPO DE NUTRICIÓN

Uno de los grupos de alimentos que más aversión suelen causar entre la población infantil son las verduras, bien por el sabor y la textura que presentan o incluso, en ocasiones, por el olor. Hay veces que este rechazo también puede venir ocasionado por la falta de variedad, incluyendo siempre las mismas verduras semana tras semana, algo que a los niños les suele cansar.

También es importante tener en cuenta el resto de alimentos que se incluyen en su alimentación. Cuando su alimentación es rica en alimentos ultraprocesados en los que ingredientes como el azúcar, las harinas refinadas, los aceites refinados, la sal y otros potenciadores del sabor están presentes, su umbral del sabor estará muy elevado. Esto hace que los alimentos en sus versiones más frescas no satisfagan sus gustos, como es el caso de las verduras, o por ejemplo, que una fruta no les resulte lo suficientemente dulce.

Dado que los niños funcionan por imitación, es importante inculcarles buenos hábitos desde el propio hogar, y que éste sea un entorno saludable. Algunas de las técnicas que podemos incorporar para que se familiaricen con este grupo de alimentos son:

1. Evitar el consumo de alimentos ultraprocesados y disminuir el consumo de azúcar, algo que les ayudará a educar su paladar hacia opciones más saludables.

2. Comer en familia y consumir los mismos alimentos dándoles ejemplo ya que, como comentábamos antes, los niños funcionan por imitación.

3. Llevar a los niños a la compra, para que ellos también puedan participar en la selección de alimentos. Asimismo, implicarles durante el proceso de cocinado y así se animarán a probar lo que ellos mismos han preparado.

4. Introducir distintas verduras para que haya variedad, así como distintas formas de cocinarlas, ya que el sabor puede variar mucho en función de cómo se cocinen.

5. Hacer los platos atractivos, ya que la presentación de un plato influye para rechazarlo o aceptarlo. Las verduras cuentan con la ventaja de tener una gran variedad de colores.

6. Introducir las verduras con ingredientes que les gusten, como por ejemplo, macarrones integrales con salsa de tomate, judías verdes con patata y huevo a la plancha, etc.

7. Innovar y hacer preparaciones menos comunes con verduras, como por ejemplo, base de pizza con coliflor, minipizzas de berenjena, espaguetis de calabacín…

8. No premiar a los niños con alimentos de mala calidad que les gusten si se comen todo el plato, además de tener paciencia y no obligarles a comer, ya que lo único que se conseguirá es empeorar su relación con los alimentos.