Por EQUIPO DE NUTRICIÓN
El peso se ve influido por múltiples factores y por eso, en el caso de pesarse varias veces en un día se comprobaría que se han ganado unos gramos, o incluso algún kilo, o por lo contrario, se ha podido perder peso.
El número que refleja la báscula es el peso corporal total, es decir, que engloba a todo el cuerpo, incluyendo los órganos, el líquido intra y extracelular, los huesos, el músculo, la grasa corporal, y un largo etcétera.
Por ello, el dato que se obtiene debe interpretarse adecuadamente. No es lo mismo pesarse en ayunas nada más levantarse y después de haber pasado por el baño, que pesarse por la noche después de haber cenado. El momento del día y la actividad realizada a lo largo del mismo, el nivel de hidratación, la ropa, incluso el clima, son todos ellos factores que hacen que la báscula no sea de fiar.
Es frecuente que al empezar un cambio de hábitos para conseguir una pérdida de peso exista una gran motivación con el deseo irrefrenable de subirse a la báscula. Sin embargo, esta motivación puede venirse abajo si al pesarse se comprueba que no se ha perdido peso y que no se han obtenido los resultados esperados después de unas semanas de esfuerzo y dedicación.
A lo largo de esas semanas, el cuerpo va sufriendo cambios, la grasa disminuye y se gana masa muscular si se está siguiendo una correcta rutina de actividad física. Esta puede ser una de las razones por las que la báscula no refleje el número que se espera, ya que el músculo pesa más que la grasa, pero, sin embargo, ocupa menos volumen.
Por ello, es importante no malinterpretar los resultados y ser conscientes del cambio que se está produciendo en el cuerpo.
Hay que saber que la pérdida de peso no es un proceso que suceda de forma lineal, si no gradual. Este puede verse modificado en función de nuestra calidad del sueño, de la comida que hayamos hecho anteriormente o, en el caso de las mujeres, de presentar la menstruación.
También es importante estar concienciados y saber que la pérdida de peso debe ser una consecuencia de un proceso de aprendizaje en el que, seguramente, hayas incorporado nuevos hábitos que estén mejorando tu salud. Por ello te recomendamos no pesarte todos los días, ni mucho menos, varias veces al día.
En definitiva, el número que refleja la báscula es un dato más a tener en cuenta. No te centres solo en un número y valora el resto de indicadores positivos que rodean tu salud y que indican que están consiguiendo tu objetivo. ¿No se ocurren ideas? Te dejamos unas cuantas:
- Mejora de la movilidad
- Mejora del sueño y del estado de ánimo
- Mayor holgura de la ropa y del cinturón
- Mayor sensación de saciedad
- Menor consumo de alimentos ultraprocesados
- Mayor consumo de frutas y verduras
- Mejora de tus parámetros analíticos: disminución del colesterol, triglicéridos, glucosa, ácido úrico…
Esperamos que tras leer este artículo tu percepción del peso y de la báscula haya cambiado.